El gobierno japonés planea introducir en el país una píldora abortiva de venta libre, ignorando las protestas de los grupos provida en medio de un declive demográfico provocado por las bajas tasas de natalidad.
El panel del Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar de Japón ha votado a favor de aprobar el uso de una píldora que permite a las mujeres embarazadas interrumpir químicamente su embarazo hasta la novena semana de gestación, informó el 25 de abril la Agencia Católica de Noticias.
Se espera que el ministro de Sanidad del país apruebe el uso de la píldora, que permitirá a millones de mujeres acceder a la opción del aborto inducido químicamente, hasta ahora no disponible.
Ligaya Acosta, directora regional para Asia y Oceanía de Human Life International, condenó la medida del gobierno.
“Esto [la aprobación de la píldora abortiva] nos entristece mucho”, declaró Acosta.
Japón registró menos de 800.000 nacimientos el año pasado, la cifra más baja en un país de 125 millones de habitantes desde que existen registros.
La aprobación de la píldora abortiva ha suscitado preocupación entre los grupos provida y de la sociedad civil.
Kazuo Sasaki, un activista provida de 73 años, y cientos de personas más habían protestado frente a la oficina del Ministerio de Sanidad oponiéndose a la medida.
Sasaki había encabezado concentraciones diarias e incluso se había declarado en huelga de hambre para protestar contra la controvertida propuesta.
Acosta afirmó que la familia y la vida son “muy importantes para el pueblo japonés”, pero muchos guardan silencio cuando se trata de la cuestión del aborto.
Los japoneses “son gente muy comprometida con la promoción y defensa de la vida y la familia”, dijo Acosta, añadiendo que “los japoneses son gente muy provida, pero la mayoría calla”.
Al parecer, cientos de activistas provida asisten a la Marcha por la Vida que se celebra anualmente en Tokio en torno al tercer lunes de julio, durante la festividad nacional del Día de la Marina.
Acosta afirmó que los organizadores de la marcha esperan que este año aumente el número de participantes.
Según Acosta, muchas mujeres abortan sin conocer bien las secuelas, como el síndrome de estrés post-aborto.
El síndrome post-aborto describe un grupo de síntomas que algunas personas creen que se desarrollan debido a la interrupción de un embarazo, informa Medical News Today.
Quienes creen que los abortos son especialmente perjudiciales pueden padecer un trastorno mental específico, como depresión, con síntomas que incluyen culpa, vergüenza y autodesprecio.
La píldora, que es una combinación de dos fármacos -mifepristona y misoprostol-, ha sido desarrollada por Linepharma, una empresa farmacéutica británica, y se considera el medicamento más común para inducir un aborto químico.
La mifepristona empezó a comercializarse en Europa hace más de 30 años.
En Japón, el aborto es legal hasta las 21 semanas y seis días de embarazo, pero sólo si la mujer puede demostrar que existe un riesgo para su salud o que puede tener dificultades económicas si da a luz al niño.
Una mujer casada sólo puede acceder al aborto si cuenta con el consentimiento de su marido.
Acosta señaló que el gobierno japonés había promovido el aborto durante la crisis económica de la Segunda Guerra Mundial e instó a cambiar el enfoque del país respecto al aborto.
Japón es ahora “un país muy rico” y debería “empezar a replantearse sus posiciones” sobre el aborto, dijo Acosta.
Fuente: UCAnews